prevenir la hipertensión arterial

“Asesino silencioso”. Con este truculento nombre es como los médicos llaman a la hipertensión arterial. Es que sus efectos devastadores e irreversibles se dan sin casi síntomas previos. Afecta a órganos tan diversos como los riñones, el cerebro o el corazón.

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias al pasar por ellas. Cuando es demasiada produce daños en esos vasos sanguíneos y en diversos órganos. Actualmente se acepta como valores normales una mínima de 80 y una máxima de 12 (mm de Hg).

Hay varias causas de la hipertensión, entre ellos la alimentación, obesidad, alcohol, la resistencia a la insulina, el funcionamiento renal, la diabetes, el estrés, la edad, el tabaco, etc. Una dieta con bajo contenido en sal es la primera medida que aconsejará el médico para prevenir la hipertensión arterial.

Cuando se previene la hipertensión, se reduce el riesgo de un accidente cerebral hasta un 40%, así que bien vale la pena tomar ciertas medidas para evitar episodios gravísimos como un derrame cerebral.

Cómo prevenir la hipertensión arterial

Si tienes un historial de familiares con presión arterial alta o has tenido algunas mediciones aisladas elevadas, estas son algunas medidas a tomar lo antes posible:

1- Una dieta equilibrada

La dieta es uno de los factores más importantes en los niveles de presión arterial. Cuanto más equilibrada sea tu dieta, menos probable es que sufras de presión arterial alta en el corto plazo.

Para obtener los mejores resultados, consume una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, semillas, nueces, carnes magras y productos lácteos bajos en grasa. Trata de limitar los alimentos con alto contenido de azúcar, grasas trans, colesterol y grasas saturadas, ya que pueden aumentar la presión arterial o provocar nuevos problemas de hipertensión en personas que nunca los han tenido antes.

Consulta esta lista de alimentos que te aportarán más beneficios: pueden bajar, además de prevenir la hipertensión arterial.

2- Reduce o elimina la sal

La sal, que no solamente está en el salero de la mesa, sino que la contienen casi todos los alimentos como la leche, carnes, huevos y mariscos. En cantidades mucho mayores está en panes, galletas, salsas, caldo en cubitos, etc.

La Organización Mundial de la Salud aconseja reducir el consumo de sodio a no más de 2 gr por día (en adultos) que equivale a unos 5 gr de sal de mesa por día,  la mitad de una cuchara pequeña de café. Lo más probable es que estés consumiendo bastante más que eso.

Habla con tu médico para ver dónde te estás excediendo en la sal, utiliza especias para realzar el sabor natural de las comidas y reemplaza la sal común por sal sin sodio. Esta sal contiene potasio y no debe confundirse con la etiquetada como “light”, que puede tener sodio. Lee bien las etiquetas para saber qué contienen.

3- Ejercicio como rutina

El ejercicio es una forma inteligente de mantener tu presión arterial baja. Si ya tienes presión arterial alta, el ejercicio regular te ayudará a reducirla. Si no tienes problemas de hipertensión, el ejercicio diario te ayudará a evitar que suceda.

Un poco de actividad física aeróbica te hará también mantenerte en un peso saludable, reducirás el estrés, el músculo cardíaco se entrenará y además te sentirás bien.

El ejercicio físico es una actividad que ayuda a prevenir muchas patologías, entre ellas la hipertensión arterial, y prolongar la vida más que cualquier terapia o medicamento.

4- ¿Alcohol? Poco, poco

Si bien beber alcohol con moderación no es perjudicial para la salud en general (de hecho, incluso puede tener algunos beneficios), puede provocar presión arterial alta y otras complicaciones si se comienza a beber fuera del rango normal.

Se considera que una persona con buena salud no debe tomar más de una copa de vino (150 ml) puro por día.  Considerando la graduación de alcohol, otras bebidas más fuertes como el whisky deben ser mucho más limitadas.

Tomar esta cantidad de alcohol, y no más, ayudará a que el corazón se mantenga fortalecido sin que la presión arterial se eleve.

Hay que tener en cuenta que las mujeres, por tener menor masa muscular para metabolizar el alcohol que los hombres, deben reducir algo más estas medidas.

5- Aprende a manejar el estrés

En situaciones estresantes, nuestro cuerpo produce una oleada de hormonas que aumentan la frecuencia cardíaca, estrechan las arterias y hacen que los riñones frenen la formación de orina. Como consecuencia se producen picos de hipertensión arterial que aumentan el riesgo de padecer ataques cardíacos o daños cerebrales.

A veces no es posible evitar estas situaciones estresantes, pero sí se puede aprender a manejarlas para que el efecto sobre nuestro organismo no sea de tal impacto.

Laboralmente, organizar la agenda y el espacio físico suelen ayudar. En la vida cotidiana aprender algunas prácticas relajantes como yoga o meditación son de gran ayuda a la hora de enfrentar estas situaciones.

Como siempre, el ejercicio físico es una manera muy fácil y accesible para liberarnos del efecto que los problemas tienen sobre nuestra salud.

Aunque la batalla contra la hipertensión te parezca imposible, estos 5 sencillos cambios en la vida diaria pueden marcar la diferencia entre una larga vida saludable o una llena de complicaciones. Comienza ahora.

Fuentes:

Nefrología al día

Organización Mundial de la Salud

Dieta coherente

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