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La artritis es una inflamación de las articulaciones que se hinchan, duelen y están calientes al tacto. El término “artritis” refiere a muchas enfermedades que manifiestan estos tres síntomas y otros más en cada condición en particular. Entre las artritis podemos mencionar:
– La artritis reumatoide, que es la más frecuente y su origen es autoinmune.
– La artritis infecciosa, producida por virus, bacterias, hongos o parásitos.
– La artritis por micro cristales, que se manifiesta en el paciente con gota.
– La artritis secundaria a otras enfermedades, como el lupus, hepatitis, enfermedad de Lyme, etc.
– La artritis reactiva, que aparece luego de una infección urinaria, genital o intestinal.
– La artritis neuropática, producida por lesión de los nervios presentes en la articulación.
De acuerdo a cuál sea la enfermedad que provoca la inflamación de la articulación dependerá el tratamiento. En general, el criterio médico actual es tratar la enfermedad que la origina y por otro lado tratar la inflamación.
Los pacientes suelen confundir la artrosis  con la artritis, pero no es tal, ya que está provocada por una degeneración o desgaste de la articulación, no por una inflamación.
 

Tipos de tratamiento farmacológico para la artritis

Hasta ahora no hay una cura para las enfermedades reumáticas, pero se ha avanzado mucho en la investigación para controlar la inflamación con medicamentos.
Recuerde que los tratamientos médicos son siempre personalizados y sugeridos por su médico. Esta es sólo una guía de las opciones más frecuentes, pero todos tienen algún efecto secundario por lo que no deben seguirse sin la consulta médica.
Para simplificar podemos decir que los tratamientos para la artritis están dirigidos a 2 objetivos: aliviar los síntomas o la inflamación en sí.
– Medicamentos para suprimir o aliviar los síntomas (dolor, rigidez, etc.)
– Los analgésicos, como el paracetamol, que reducen el dolor. Se suele indicar tomarlos antes de realizar una actividad que provocará dolor. Son más eficaces si se toman regularmente y no se espera a sufrir el brote del dolor.
– Los antiinflamatorios no esteroides, conocidos como AINE, reducen la hinchazón y rigidez. También reducen el dolor. Pueden utilizarse por períodos cortos, cuando el dolor se hace más intenso, y combinados con los analgésicos. Se indican por cortos períodos ya que secundariamente irritan el aparato digestivo produciendo acidez y úlcera estomacal. Por este motivo es que su médico puede indicarle que los tome acompañados por un antiácido. Los AINE también aumentan el riesgo cardíaco cuando existen otros factores que predisponen a ello, como por ejemplo fumar, obesidad, colesterol alto o presión arterial alta.
– Los esteroides son medicamentos poderosos para reducir los síntomas de la artritis. Cuando cursa el brote doloroso suelen inyectarse en la articulación (infiltración) o en el músculo cercano. Los esteroides tienen efectos secundarios cuando se utilizan por mucho tiempo, como la osteoporosis. Además, no deben dejarse de tomar repentinamente, sino de forma gradual.
 

Medicamentos para disminuir la reacción inflamatoria en la articulación que provoca estos síntomas

– Antirreumáticos modificadores de la enfermedad. Son medicamentos también conocidos como DMAR por sus siglas en ingles que actúan de diferente manera reduciendo el proceso inflamatorio. Inhiben la respuesta exagerada del sistema inmune que revoca la inflamación en la articulación.  Algunos tienen un mecanismo conocido, como la ciclosporina, otros no, como la hidroxicloroquina. Estos medicamentos deben ser tomados durante semanas antes de observar una disminución en los síntomas. Además, como tienen efectos secundarios, su médico le solicitará una serie de controles periódicos, como de presión sanguínea, ocular y de orina.
– Terapias biológicas: son una nueva clase de medicamentos que se indican sólo cuando los tratamientos anteriores han fracasado. Actúan en una forma muy específica con unas proteínas que se encuentran en los glóbulos blancos.  Algunos nombres son: Abatacept, TCZ, Adalimumab.
 

Terapias físicas para la artritis

Es frecuente que el médico le recomiende terapias físicas complementarias para acompañar el tratamiento con medicamentos. Algunos pueden ser:
1. Hidroterapia: consisten en movimientos suaves y ejercicios livianos en la piscina con agua caliente o templada. El agua soporta el peso del paciente, por lo tanto, las articulaciones y músculos no sufren la presión del movimiento.
2. Fisioterapia: Con ejercicios adaptados a su condición se logra fortalecer los músculos que sostienen la articulación. Puede ser que el fisioterapeuta agregue masajes, frío o calor para aliviar el dolor articular.
3. Terapia ocupacional: son consejos prácticos para las tareas cotidianas. El paciente recibe asesoramiento sobre el modo de realizar su trabajo sin afectar las articulaciones. También entrenamiento en las destrezas o entrenamiento para moverse o realizar actividades diarias con menos dolor, se les enseña además a proteger las articulaciones.
 

Tratamiento con cirugía

Puede ser que su médico especialista sugiera esta opción cuando los demás tratamientos hayan fracasado o el estado de la articulación afecte la movilidad, el trabajo o la calidad de vida del paciente. Actualmente existen prótesis de reemplazo muy sofisticadas. Las articulaciones de rodilla, cadera, hombro y codo se reemplazan con frecuencia.
 
Fuentes:
-Revista Cubana de Farmacia: Fisiopatología, tratamiento y modelos experimentales de artritis reumatoide
Kahlenberg, J. M., & Fox, D. A. (2011). Advances in the Medical Treatment of Rheumatoid Arthritis. Hand Clinics
 

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