Si te encuentras cuidando a un familiar o a un paciente en la tercera edad, puede que ya conozcas lo que es la fatiga de los cuidadores. La vejez está llena de retos, tanto para la persona mayor como para quien provee asistencia.
Si bien es cierto que la fatiga de los cuidadores es peligrosa, hay muchas formas de evitarla, especialmente si eres un familiar o amigo sin experiencia o entrenamiento adecuado.
 

Considera la posibilidad de renunciar a tu trabajo

Antes de explotar en indignación por semejante sugerencia, esta es una idea que puede servir para algunas personas que poseen en casa más de un soporte financiero.
Lo que la mayoría de los familiares intenta, siempre y cuando la persona tenga buenas condiciones físicas y mentales, es salir del trabajo e irse directamente a cuidarles. Si bien esto funciona, al poco tiempo puede pasar factura. El desgaste de trabajar tantas horas seguidas puede causar problemas a medio y largo plazo.
Si existe la posibilidad de renunciar al trabajo o tomar un año sabático, es buena idea considerarlo. Este tiempo también puede servir para estudiar mientras se cuida al adulto mayor y volver al trabajo mucho más preparados.
 

Pide ayuda al gobierno e instituciones dedicadas

Sin importar en el país donde vivas, es muy probable que existan iniciativas, tanto públicas como privadas, para ayudar a las personas de la tercera edad. Esto incluye a sus cuidadores, quienes pueden pedir colaboraciones en forma de dinero o insumos, como sillas de ruedas, camas especiales y cualquier otro elemento de costo razonable.
Asimismo, estas ayudas también pueden venir en forma de asistencia por parte de profesionales, los cuales pueden colaborar con el cuidado eventualmente.
 

Entrénate adecuadamente

Si eres un familiar o amigo cuidando de un adulto mayor sin tener experiencia o entrenamiento alguno, la fatiga puede llegar mucho más rápido. Cuando no se tienen los conocimientos necesarios, los retos más pequeños durante el cuidado se vuelven todo un problema.
Estas situaciones pueden cargar de estrés a cualquiera que no esté debidamente entrenado. Por eso, resulta muy buena idea apuntarse a una clase o curso de cuidados a personas mayores. Esto es algo que no te quitará demasiado tiempo ni dinero, pero puede hacer mucho más ameno el proceso.
 

Adecua el hogar para mayor conveniencia

Cuando se trata de cuidar a una persona mayor nosotros mismos, lo más seguro es que se haga en casa. La gran mayoría de los adultos mayores prefieren pasar sus últimos años en sus propios hogares, en la comunidad que conocen, junto a las personas con las que ya han compartido.
Si dicha vivienda no cuenta con las comodidades necesarias para una persona en sus años dorados, la experiencia va a resultar mucho más difícil. Una buena idea para evitar la fatiga del cuidador es hacer las adecuaciones necesarias en el hogar para que el anciano sea lo más independiente posible. Pasamanos junto a los escalones, alfombras anti-resbalantes, y colocar los objetos esenciales a la mano son siempre buenas modificaciones a hacer.
Acá puedes ver 10 ejemplos de cómo mejorar la casa para evitar caídas y peligros.
 

Comenta este artículo