Por muchos siglos, la gota ha representado uno de los males de la salud más temidos, especialmente entre personas mayores. Quien la padece, pareciera estar condenado a sufrir increíbles dolores articulares, tan insoportables en muchos casos que podrían causar la inmovilidad.
Pero es necesario saber más para poder hacerle frente. En las próximas líneas, hablaremos en detalle de lo que esta condición implica.
 

Qué es la enfermedad de gota

 
Se entiende por gota en el mundo de la salud como una forma de artritis que aparece, en la gran mayoría de los casos, como consecuencia de la hiperuricemia, que es el incremento dramático de ácido úrico en la sangre.
El ácido úrico, el cual se encuentra en niveles muy altos cuando existe la hiperuricemia, deriva cristales de urato monosódico que se acumulan en diferentes partes del organismo, siendo las articulaciones el principal lugar.
Sin embargo, la enfermedad de gota también presenta acumulación de estos cristales en el dedo gordo del pie, la creación de depósitos de ácido úrico llamados tofos gotosos y el riesgo de producción de cálculos renales en los riñones.
Existen tres fases de gota que corresponden al desarrollo de la enfermedad: ataque agudo de gota, gota intercrítica, y gota tofacea crónica.
 

Síntomas de la gota

 
La enfermedad de gota genera un importante malestar en las articulaciones y coyunturas de casi todo el cuerpo, especialmente en los pies y las piernas. Es muy común que el dolor se manifieste de forma aguda durante las noches, afectando profundamente la capacidad de descansar del paciente.
Además del dolor, otro síntoma muy importante es el enrojecimiento de las articulaciones afectadas. Juntando estos dos factores y la presencia de hiperuricemia, no resulta complicado para el profesional de la medicina diagnosticar al paciente con gota. Sin embargo, cuando el dolor y el enrojecimiento no sean suficientes, el médico debe realizar un análisis del líquido sinovial.
Con el pasar de los años, la enfermedad entra en su fase tofacea crónica. En este momento, en diferentes partes del cuerpo empiezan a desarrollarse tofos gotosos, los cuales son nódulos indoloros que se desarrollan bajo la piel y contienen cristales de ácido úrico. Si la enfermedad no se trata adecuadamente, los tofos pueden crecer descontroladamente.
 

Tratamiento de gota

 
Cuando un ataque agudo de gota aparece, el cual se caracteriza por dolor y enrojecimiento en el dedo gordo y dorso del pie, rodillas y tobillos, existen diferentes maneras en las que el médico puede actuar.
Dependiendo del criterio y las condiciones de salud del paciente, el médico debe elegir entre antiinflamatorios no esteroides, corticosteroides, y colchicina, esta última cuando el ataque agudo acaba de empezar y tiene pocas horas. Sin embargo, los medicamentos para la gota deben ser suministrados por el médico, ya que una elección inapropiada podría resultar contraproducente para la salud del adulto mayor.
Una vez superado el primer episodio, la persona debe revisar sus hábitos alimenticios y ajustarse a la condición. Se deben restringir dramáticamente los alimentos abundantes en purinas y el alcohol, así como incrementar la ingesta diaria de agua.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Gota_(enfermedad)
https://www.niams.nih.gov/Portal_en_espanol/informacion_de_salud/Gota/default.asp
http://articulos.mercola.com/gota.aspx

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