Es normal la sensación de aislamiento que los cuidadores a domicilio pueden sentir y cómo se acumula con el tiempo. Generalmente, parece que es sólo después de varios meses de asumir el papel que los cuidadores empiezan a buscar ayuda o soluciones.
Pero las semillas de este aislamiento son sembradas en los primeros días e influenciadas en gran medida por el enfoque que tomamos y la actitud que llevamos.
Si eres una persona nueva en los cuidados a domicilio, aquí 4 consejos para que tengas éxito y felicidad ejerciendo esta hermosa profesión.
 
1) Piensa en el panorama general y no en el detalle.
Como cuidadores, todos necesitamos tomar un respiro de vez en cuando y recordarnos a nosotros mismos el panorama general.
Es tentador ir con la solución más simple para afrontar un nuevo desafío. Pero recuerda, esto es una maratón, no una corrida de 100 metros planos.
Todos necesitamos detenernos y recordarnos cuál es el objetivo: apoyar el bienestar, la seguridad e, igualmente importante, la independencia de la persona enferma o anciana. El resto son detalles, así que a veces es mejor ser flexible y mantener las opciones abiertas.
 
2) Reconocer fortalezas y debilidades.
Deja que otros hagan lo que pueden hacer y se sientan cómodos haciendo; pide ayuda con aquellas cosas que quizás están fuera de tus habilidades.
No tenemos que pensar en cuidar como algo inevitable. Hay que pensarlo como un deporte de equipo que requiere trabajar en conjunto. Los miembros de la familia y otros seres queridos a veces se sienten excluidos cuando no se les pide contribuir. Otros se sienten sobrepasados porque están encargados de responsabilidades sin tener en cuenta sus propias fortalezas y habilidades.
El consejo: si las otras personas se sienten cómodas haciendo ciertas tareas, entrégales esa libertad. Pide ayuda en aquellas cosas que te sobrepasan. Involucra a los demás siendo consciente de sus habilidades.
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3) Comunicación en el equipo.
Los cuidadores, familiares y pacientes deben estar listos y dispuestos a hablar de las cosas y estar abiertos a diferentes opiniones.
No importa cuán bien intencionados sean los esfuerzos que hagas si los familiares o la persona enferma colaboran. Esto requiere una comunicación abierta y honesta, no una confrontación. También esto significa aceptar algunas opiniones y preocupaciones como sólo eso, no como ataques personales. Si una hermana dice que no puede ser quien lleve a mamá a la cita a 15 kilómetros de distancia, eso no significa necesariamente que no quiere pasar el tiempo con su madre. Puede ser que no confía en su propia conducción o en su capacidad de ayudarla desde el auto a la puerta.
Debes estar lista y dispuesta a hablar de las cosas, y estar abierta a diferentes opiniones.
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4) Recuerda el objetivo.
Recuerda el objetivo de cuidar: apoyar el bienestar, la seguridad e – igualmente importante – la independencia de alguien que amamos
Como mencionamos anteriormente, el objetivo de cuidar es sólo eso. Cuando tomamos decisiones y tomamos acciones para avanzar en este llamado, estamos trabajando nuestras responsabilidades.
Puedes sentir de vez en cuando que algunos de los que te rodean están más interesados ​​en el control o el crédito que en realmente contribuir al esfuerzo. En casi todos los casos, este es un problema de comunicación más que cualquier otra cosa. Aún así, habrá momentos en que el papel del cuidador nos deja a todos nosotros sintiéndonos solos. En estos momentos, es importante recordar un hecho muy importante: esto es un trabajo en conjunto.
Si trabajas en una empresa de cuidados a domicilio, contarás con un sistema de apoyo. Si eres un cuidador familiar y no encuentras el apoyo entre tu familia o amigos, busca grupos en tu comunidad o incluso a través de profesionales de la salud.
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Fuente: homehelpershomecare

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